duermes en mi auto

entonces pasábamos el hospital
noté que dormías
la cabeza apoyada al vidrio
la noche de almohada
las luces cortando en tu nariz
de aire liviano
y el motor a un ritmo continuo, ya,
parejo, sin sobresaltos.
también dormía
me entregaba a mis sueños:
estaba otra vez en mi ciudad
con conocidos.
el brillo de las luces bajas
cuando los vehículos van de norte a sur
como los destellos de recuerdos
se acercan, estremecen,
y con una velocidad no permitida se alejan
sin poder nada hacer.
entonces duermes a mi lado
cada uno en su noche
no sé qué vehículos vienen hacía vos
cuando muerdo  banquina
tranquila, este es otro sueño
que no dominas
que te lleva a subirte a un colectivo,
depositar tu peso tibio en un asiento por horas
y volver en la noche húmeda.
y en ese sueño, nada es posible.

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