me dediqué a criar hijos y una familia
la rutina que me guié, hasta el fin de sus días,
si es que llega.
pero me hago momentos,
ese pasillo entre la cocina  y el comedor diario,
donde leo, escribo y recito un poema
solo para mí,
sin la necesidad del mundo, sus ojos y oídos,
se murieron los amigos de la literatura
en el mismo momento en que publicaron
entonces,
me volví un tipo feliz,
miré a mi lado
había algo que habían
desechado.

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