televisión

el día de la tablada nos despertamos con Rolando
solos y temprano, como casi siempre.
teníamos todo el departamento para nosotros
un termo con mate tibio
y pan felipe en la mesa.
mientras rolando habría la heladera para sacar manteca,
yo intentaba sintonizar atc,
un canal del estado
en un televisor telefunken
que era parte de algo que giraba entre lo nuevo que iba a terminar
como el vw mil quinientos.
nunca me pregunté hasta hoy
¿por qué cada vez que me despierto enciendo el televisor?
a los diez años no me preocupaba la respuesta:
lo hacía y punto.
rolando subía hasta la terraza y giraba una antena hecha con una pizzera
yo gritaba por la ventana de nuestra habitación
"ya está"
y el día se encendía.
¿por qué enciendo la televisión cada mañana?
la imagen y el sonido nítido,
sin líneas, sin ecos de comisarías,
una mañana limpia.
nunca había nada a esa hora
solo gente hablando
hasta el corte donde a veces ponían un video clip,
y nos gustaba más el video que la música
porque siempre contaba una historia,
como esa mañana de la tablada:
una de guerra a las nueve de la mañana
para acompañar el desayuno,
solados corriendo
apuntaban a la nada.
no podíamos distinguir a qué disparaban
o de qué corrían
parecía peligroso pero no tanto.
a veces hojeaba el Tony
eso era un guerra:
no ésto que solo corren,
agachan la cabeza o se tiran debajo de un falcón de la federal.
después de desayunar bajábamos al patio interno del edificio,
a patear,
casi siempre rolando pateaba y yo atajaba.
 ese día no bajamos,
seguimos comiendo pan con manteca
viendo una guerra.,
dos niños viendo una guerra por televisión
en el canal del estado;
soldados corriendo
en camisetas  blancas
soldados agachados
escondidos de la nada
a veces, tal vez una vez por hora
relataban que habían disparos,
nos acercábamos al televisor y subíamos el volumen :
 nada.
( muchos años después supimos como suena el disparo del fal
o el silbido de un mortero)
al medio día calentamos el almuerzo
que  siempre está en el horno,
comimos,
la televisión nunca había estado mejor
ni ese canal en particular;
toda la transmisión era una de guerra.
íbamos a quedarnos todo el día viendo
 soldados que corrían
disparaban a la nada
y se escondían debajo de los autos
o de una verja
porque ahora el móvil decía estar más cerca,
en el perímetro del cuartel,
por lo visto había unos que debían avanzar y no lo hacían
solo se escondían , corrían y todo lo que dije antes
y aquellos
los otros
que siempre me agradaban más.
pero les tenía miedo
un día iba a crecer
iba a ser colimba
corriendo  campo traviesa
en remera blanca.
porque yo era así:
débil.
y mi hermano no,
el siempre ganaba todas las peleas
todas las peleas que yo no me animaba a empezar
ni terminar.
la guerra,
estaban dando una de guerra en la televisión
y yo era el débil
vengo marchando en retirada y encuentro una flor
algo que me saca de la guerra
que no tiene concordancia con lo que nos sucede
una belleza entre mutaciones
cuando quiero arrancarla 
explota, 
es una trampa.
una explosión muy lejos
y todos están cuerpo a tierra.
entra un tanque
y aplasta la mitad de un auto
se detiene, gira la torreta y dispara a la nada.
en una de guerra siempre ves al enemigo
la espalda
una sombra
unas voces en otro idioma
porque la guerra la hacen soldados
con uniformes diferentes
armas diferentes
y por sobre todo,
idiomas diferentes.
una de guerra:
somos dos niños
que todavía esperan a sus padres,
que se despiertan solos
toman el desayuno de termos tibios
miran la televisión
esperan
y esperan
con la televisión  encendida
en una de guerra.








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