persianas

esta mañana llovió, bastante, de manera exagerada para este mes, mayo. leímos que con esta mañana superamos la media histórica del mes. ¿qué pasó? no lo sabemos. es algo que debería preocupar a los que trabajan la tierra, a los que venden artículos de temporada en las peatonales, a los meteorólogos. al dique que dista unos veinte kilómetros, a los que todavía argumentan su construcción.
y no lo sabemos porque esta mañana siguiendo desde nuestro balcón la lluvia que resbala por los edificios, nos llevo a preguntarnos si no sería ya tiempo de volver. 
es que no queda nada por hacer. 
recordamos la misma lluvia corriendo bulevar abajo y nosotros subiendo al campo. la sonrisa que nunca nos mostramos pero que ahora sabemos teníamos. acá no hay bulevares. por eso nos volvimos animales de carga.
buscamos anuncios de departamentos en alquiler. nos planteamos qué hacer con los muebles, si venderlos y comprar nuevos allá, volver sin nada, limpios, hasta de recuerdos.
no quiero hablar del sabor del desayuno, sería lo mismo.
me forcé a creer esto : 
mi hermano mayor me invitó a charlar un día que estaba de visita. caminamos por alvear hasta parar en un bar libre de estudiantes, nos sentamos y pedimos una cerveza. no sé de qué hablamos. seguro que nada importante porque mi hermano no es de dar conversaciones importantes. cuando regresamos note que había dejado las persianas abiertas.
no sé si pasó. tal vez fue así como quedó acá.



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