llamé al mediodía a casa de mi ex mujer
para preguntarle a mis hijos lo mismo de todos los días:
¿qué habían almorzado?
fue cuando el mayor preguntó si ese día iba a ir a llevarlos a la casa que había sido de sus abuelos,
donde vivía temporalmente el proceso de divorcio, hasta encontrar un departamento por la zona.
aquella época.
escucho sus voces pequeñas preguntando lo mismo de todos los días,
pero era una mentira.
tenía diarrea
no había ido a trabajar, y la semana anterior también había faltado dos días seguidos.
un puñetazo en el estómago,
eso me había dado,
la noche anterior discutiendo en mi auto con mi novia.

tenía los intestinos inflamados y
mis hijos preguntando a qué hora los buscaba.
mi novia,
desde la cocina me llamaba a almorzar
tenía puesto solo una bombacha, y su voz carecía de tono.

me dolía la boca del estómago,
habíamos dormido desnudos 
con las sabanas caídas 
y la reconciliación en ellas.
entonces escuché como 
tomaba el teléfono y ordenaba a los chicos a que vayan a peinar a la que antes fuera mi gata
- ¿no pensabas venir, no?
- siempre que dormís desnudo te duele el estómago.
a lo lejos escuchaba como el mayor de mis hijos
gritaba porque su hermana había arrojado a la gata
por el balcón.

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