no me digas gay por escuchar the smiths en mi auto a las 4 am

freno sobre la senda  con el semáforo en rojo,
los dedos digitando el estéreo
apresurados por el inminente cambio de luces
...dios es empleado en un mostrador
dios es uno,  
construye su mundo y decide su apocalipsis.

siempre dando vueltas
en un trazado circular
salas de ensayo- departamentos-bares- teatros
todo unido por el diesel que se quema, 
noche tras noche,
viernes tras viernes,
que se quema y desaparece.
una mancha en el ambiente. 
una condena para los que vienen
y una pequeña obra para un mundo que se termina.

no me digas que me la como si esta noche no vamos hasta ahí, 
si tan solo decido estar en una cápsula roja
que se queja entre embragues.
lleguemos, miremos, sigamos de largo,
hasta el próximo desengaño.

entre tanto, 
pasamos carteles esperando que no llegue el día,
que duren las luces y todo lo artificial
porque estas calles son de una naturaleza
que abraza hasta asfixiar.

¿ qué dicen las paredes?
nada, 
por lo menos nada legible que nos reconforte.
no nos importa
el mundo se termina con cada litro de diesel que quemamos.

y están las canciones que empiezan y terminan a cada momento.
callamos,
el porro se escapa por las ventanillas,
tu pelo  esconde el cinturón de seguridad,
los envases bailan en el piso golpeando las puertas del auto
y nos traen de vuelta:
¿en qué estábamos?
cierto, en nada.
las canciones que empiezan, 
las canciones que terminan

heaven knows i'm miserable now a las 4 am
con el estéreo mudo.

                               


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