profesión

me gustan las prostitutas,
las de la calle
esas que el sexo ni asco le dan.
que saben de la comercialización
de su piel
de su carne
de su sexo.

las prostitutas,
las levantas en una calle angosta
oscura y sin vida.
las subís a un auto o un taxi
y si le preguntas por su nombre
no tienen miedo a decírtelo,
saben que en realidad no te importa.

ellas no disfrutan del sexo
yo tampoco lo disfruto.
es sólo una descarga corporal
como mear
comer
o dormir.
no saben muy bien en qué momento sucede
la necesidad de eyacular en sus vaginas
pero cuando viene
saben que buscas una prostituta
sin nombre
sin ganas
sin humedad
sin calor

después pagas,
o tal vez antes,
 la dejas en el mismo lugar
en que la recogiste
como único acto de amor.
entonces volves
a tu vida
a tus amigos
a tu trabajo
a tus hijos
a tus padres
a la mujer que amas
a tu ciudad