Marcas

el día que papá volvió de la guerra
se sentó en un sillón de la sala
y tomó una revista

había dejado todo su equipaje en el garage
sin desembalar,
una mochila verde con el apellido
de mi abuela.
el apellido que tomó a los dieciocho años
al enrolarse en la fuerza.
un apellido español
de tantos iguales a muchos que llenan
la guía de teléfonos

leía sin lentes una revista
que había quedado en la sala
hace bastante y que todos tomaban
cuando no había nada que hacer o
esperaban a  mamá.

por esa época mamá tardaba  bastante
se maquillaba y probaba varios vestidos,
blusas o polleras,
mientras papá o mi hermano
cerraban ventanas,
o leían esa revista en la sala.
yo miraba a mamá
recostado en su cama
la veía en bombacha y corpiño
frente a un espejo ovalado.

esa mañana,
la mañana que papá volvió de la guerra,
desayunaba en la mesa ratona
mirando la tele.

papá me preguntó sin levantar la vista
cuántas marcas de autos conocía
respondí
"no sé, varias".
siguió leyendo y al rato,
repitió "varias".

en la escuela,
una tarde nos reunieron  a
los niños que teníamos nuestros padres
en el frente del sur
en la sala de música.
había una mujer junto con la directora
que después de hablarnos del valor
y el orgullo que debíamos sentir
como hijos
nos advirtió de que después que vuelvan
de la guerra
no debíamos preguntar nada
 cosas como "cuántos habían matado"
que debíamos desenvolver un papel neutro,
no contradecirlos,
dejarlos solos pero sin que se sientan solos.

esa mañana,
papá estaba sentado en la sala
leyendo una revista vieja.
cuando terminé de desayunar
 dije
"renault, papá,
 renault"

desde la cocina,
mientras lavaba mi taza,
escuché que papá repetía
"renault".







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