el proyecto asador
con el pulgar izquierdo descansando sobre la traba de la cinta métrica se para en el medio del patio:
- acá vamos a hacer una habitación, ¿ves?. con dos filas más de bloques le damos la altura necesaria. ya está calculado.
después se mueve sobre la horizontal y vuelve a tomar medidas, pero sin anotar en ningún lado. Brunelleschi había quedado lejos, sin darse una vuelta por acá para ver qué andaba pasando.
- ésta va a ser la línea de construcción. podemos sacar desde aquella boca la conexión para la luz. habría que sacar el limonero. ¿ves?. por eso deje los chicotes en la columnas. ya te dije: está todo calculado. ¿sábes? hay que hacer las cosas pensando a futuro.
nos fuimos en orden cronológico. primero el hombre volador, que no paró. hasta pisó oriente próximo. después me tocó, pero por otro orden y razones; es el amor algo que moviliza. cuando el amor se hace carne: buscate un departamento para tres. hace poco el hombre pequeño fue detrás del cartón duro que el hombre del metro piensa colgar...
- y acá, ponélo sobre la marca (una marca de carbón que es una línea sobre una X ) del nivel, va a ser el estudio de... ¿viste?. él dice que espere, pero bueno, hay que aprovechar que cuando se tiene unos pesos se debe empezar, de a poco, que cuando menos lo pensemos vuelve y, claro, tiene que tener un lugar donde atender, ¿no?. hay que ir empezando.
vuelve al centro del patio y toma por la vertical. me pide que sostenga la parrilla para hacer la presentación de cómo va quedar cuando las paredes laterales estén levantadas. sonríe. no fue difícil hacer la estrella sobre la que se trabará la cadena que levantara o bajara la parrilla de acuerdo a las kilocalorias que desprenda el carbón. ayudó la amoladora que compramos en santa fe. la misma que le tomó medio dedo pulgar derecho cuando resbaló, incontrolable, mientras cortaba unas chapas para el canasto de la basura, cansado de las puteadas de la mujer a perros mogólicos que rompían las bolsas de basura dejando saquitos de té enegrecidos, cascaras de papas, sachets de leche y una caja de forros tulipán con las vértices reventadas, en la vereda de lajas que el mismo puso unos años antes.
- acá vamos a hacer una habitación, ¿ves?. con dos filas más de bloques le damos la altura necesaria. ya está calculado.
después se mueve sobre la horizontal y vuelve a tomar medidas, pero sin anotar en ningún lado. Brunelleschi había quedado lejos, sin darse una vuelta por acá para ver qué andaba pasando.
- ésta va a ser la línea de construcción. podemos sacar desde aquella boca la conexión para la luz. habría que sacar el limonero. ¿ves?. por eso deje los chicotes en la columnas. ya te dije: está todo calculado. ¿sábes? hay que hacer las cosas pensando a futuro.
nos fuimos en orden cronológico. primero el hombre volador, que no paró. hasta pisó oriente próximo. después me tocó, pero por otro orden y razones; es el amor algo que moviliza. cuando el amor se hace carne: buscate un departamento para tres. hace poco el hombre pequeño fue detrás del cartón duro que el hombre del metro piensa colgar...
- y acá, ponélo sobre la marca (una marca de carbón que es una línea sobre una X ) del nivel, va a ser el estudio de... ¿viste?. él dice que espere, pero bueno, hay que aprovechar que cuando se tiene unos pesos se debe empezar, de a poco, que cuando menos lo pensemos vuelve y, claro, tiene que tener un lugar donde atender, ¿no?. hay que ir empezando.
vuelve al centro del patio y toma por la vertical. me pide que sostenga la parrilla para hacer la presentación de cómo va quedar cuando las paredes laterales estén levantadas. sonríe. no fue difícil hacer la estrella sobre la que se trabará la cadena que levantara o bajara la parrilla de acuerdo a las kilocalorias que desprenda el carbón. ayudó la amoladora que compramos en santa fe. la misma que le tomó medio dedo pulgar derecho cuando resbaló, incontrolable, mientras cortaba unas chapas para el canasto de la basura, cansado de las puteadas de la mujer a perros mogólicos que rompían las bolsas de basura dejando saquitos de té enegrecidos, cascaras de papas, sachets de leche y una caja de forros tulipán con las vértices reventadas, en la vereda de lajas que el mismo puso unos años antes.
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